segunda-feira, 25 de julho de 2016

Antigo romance colonial paraguaio:

Santo Tomé iba un día
A orillas del Paraguay,
Aprendiendo el guaraní
Para poder predicar.

 Los jaguares y los pumas
No le hacían ningún mal,
Ni los jejenes y avispas,
Ni la serpiente coral.

Los chontas y los motacues
Palmito y sombra le dan;
El mamangá le convida
A catar de su panal.

Santo Tomé los bendice
Y bendice al Paraguay;
Ya los indios guaraníes
Le proclaman capitán.

 Santo Tomé les responde:
“Os tengo que abandonar
porque Cristo me ha mandado
otras tierras visitar.

“En recuerdo de mi estada
una a merced os he de dar,
que es la yerba paraguaya
que por mí bendita está”.

Santo Tomé entró en el río
Y en peana de cristal
Las aguas se lo llevaron
A las llanuras del mar.

Los indios de su partida
No se pueden consolar,
Y a Dios siempre están pidiendo
Que vuelva Santo Tomás.

(Fonte: Cancionero del Mate, de Luzan del Campo. Edito Tupa, Buenos Aires, 1950)

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