Santo Tomé iba un día
A orillas del Paraguay,
Aprendiendo el guaraní
Para poder predicar.
Los jaguares y los pumas
No le hacían ningún mal,
Ni los jejenes y avispas,
Ni la serpiente coral.
Los chontas y los motacues
Palmito y sombra le dan;
El mamangá le convida
A catar de su panal.
Santo Tomé los bendice
Y bendice al Paraguay;
Ya los indios guaraníes
Le proclaman capitán.
Santo Tomé les responde:
“Os tengo que abandonar
porque Cristo me ha mandado
otras tierras visitar.
“En recuerdo de mi estada
una a merced os he de dar,
que es la yerba paraguaya
que por mí bendita está”.
Santo Tomé entró en el río
Y en peana de cristal
Las aguas se lo llevaron
A las llanuras del mar.
Los indios de su partida
No se pueden consolar,
Y a Dios siempre están pidiendo
Que vuelva Santo Tomás.
(Fonte: Cancionero del Mate, de Luzan del Campo. Edito Tupa, Buenos Aires, 1950)
Nenhum comentário:
Postar um comentário